Skip to main content
CarritoClose Cart

Con la llegada de un tatami a casa –sea como base de cama, espacio de descanso y recreo en el salón o en la sala de juegos– todos los objetos de nuestra cotidianeidad adquieren una nueva dimensión práctica y estética. Allí donde se coloca, el tatami dibuja el espacio, lo ordena y lo embellece; y poco más le hace falta.
Con todo, el mundo sobre el tatami es diverso y rico en posibilidades. Los muebles y accesorios que necesitamos tener a mano pueden habitar felizmente sobre él, conformando un espacio personal, ecléctico y creativo.
En cualquier estancia la iluminación es un factor esencial. Las lámparas de pie, bajitas o algo más altas, puede convivir perfectamente en la superficie del tatami, bien sea directamente sobre la estera o encima de una mesita. Es interesante no tener reparos en mezclar estilos, materiales, colores y formas, siempre que la estructura de la lámpara permita que la parte que se calienta no se apoye directamente sobre el tatami. Otro elemento omnipresente en cualquier estancia son las mesitas, con o sin cajones.
¿Por qué no jugar mezclando estilos y cambiándolas de lugar, reconfigurando el espacio según la época del año? Vivir en un espacio liviano, ágil, que respira y cambia es algo mucho más beneficioso para nuestro estado de ánimo de lo que podríamos pensar. Hay cosas que no tienen por qué tener un emplazamiento adjudicado e inamovible, todo es cuestionable y todo se mueve. A veces la tradicional mesita de noche es justo lo que esa esquina del salón necesita para sentirse ordenada y darle vida. Un toque inesperado de equilibrio y juego.


Sobre el tatami conviven la mesita Medan y la lámpara Pamela, ambas en venta en futonllit.com. La ilustración es del artista Joan Caritg, en venta en Ebra Natural.

En el rincón de una estancia con tatami hay una mesita Cube, con una lamparita de papel y base de madera hecha a mano con la técnica origami por XXX. En la esquina, el biombo Shoji cubre un segmento de pared que deseamos ocultar (con cables o enchufes) . Todo en venta en futonllit.com

Un rincón ideal de lectura y relax. Lámpara Pamela y cojín gigante, de fabricación artesanal, en venta en Ikiru.es. La pelota de tela es un juguete tradicional japonés, también en venta en futonllit.com.

fotos:
Futonllit / nuriagregori&charliesorrel

El mundo sobre el tatami: el Zen-Mat, cuando lo práctico es bello

Hay filosofías de interiorismo que hacen de la falta de espacio una virtud. La estancias de inspiración japonesa son ricas en soluciones que permiten variar su uso y adaptarlo a nuestras necesidades en cada momento, sin tener que renunciar a la belleza, la simplicidad y el estilo. En este sentido, es habitual que sobre los tatamis convivan almohadas y futones enrollables de poco grosor, como el Zen-Mat. Se trata de una superficie agradable y firme, que se desenrolla y se extiende sobre el tatami (o sobre un suelo de parquet o baldosa, si es el caso), ideal para tumbarse a leer, meditar o relajarse unos minutos, descansar la espalda, levantar las piernas, o hacer esos deliciosos estiramientos que posponemos por falta de espacio o superficies adecuadas. También es un lugar ideal para que los más pequeños jueguen, rueden, gateen y se sientan libres y a sus anchas, en una superficie cálida, acogedora y totalmente natural.
En cuanto a lo práctico, el Zen-Mat está hecho con los materiales del futon tradicional: una mullida lámina de algodón puro de unos 2 cm de grosor dentro de una funda lavable también de algodón natural, en colores sólidos, que se extrae fácilmente con una cremallera lateral. Al ser de confección artesanal y por encargo, las medidas se pueden adaptar a petición del cliente. Una vez enrollado el Zen-Mat ocupa poco espacio, sirve como almohada para reclinarse, habita y embellece el espacio sobre el tatami como un objeto decorativo más.

Diversas imágenes del Zen Mat en uso. Para meditar, leer, relajarse o hacer estiramientos.

El Zen Mat es muy fácil de recoger y plegar, ocupa poco espacio y se integra como un elemento decorativo más. Las fundas de colores a elegir aportan elemento de color que se desee para cada estancia. En venta en futonllit.com.

fotos:

Futonllit / nuriagregori&charliesorrel

¿Qué hay dentro de mi tatami?

El uso del tatami se ha extendido de forma asombrosa en los últimos años en occidente. No obstante, en ocasiones existe cierto desconocimiento sobre su composición, así que parece oportuno hablar un poco más sobre este elemento tradicional y esencial del interiorismo japonés.

El tatami está fabricado exclusivamente con materiales naturales. El interior, bajo la esterilla de mimbre pulido que envuelve el tatami, alberga un material llamado igusa, compuesto a partir de una planta herbácea muy común en Asia, el Juncus effusus (soft rush en inglés, traducido al castellano como junco fino o junco de esteras). Se trata de una planta de la familia del arroz, de tallo prensado, cilíndrico y esponjoso, que desprende un suave aroma y se ha utilizado también tradicionalmente para perfumería y fitoterapia. La fibra de junco se somete a un proceso especializado de compactación y calor, muy estricto y controlado, hasta convertirse en el igusa, el relleno de los tatamis que tenemos en casa.

En casos puntuales, como en los suelos de paneles que se utilizan en la práctica de ciertas artes marciales en occidente, el relleno puede ser un conglomerado sintético. Aunque a dichos paneles también se les aplica el nombre tradicional de tatami, por extensión de uso, en ningún caso sustituye ni equipara al tatami tradicional, de calidad natural, que ha conquistado los hogares de tantas personas.

Quien ya tenga uno sabrá que no hay nada más agradable que una estancia con tatamis recién estrenados, cuando todavía emanan ese suave aroma a hierba recién cortada. Nada como sentir su tacto, olerlo, entregarse a la resistencia suave y firme de su superficie natural.

Imagen de un arbusto de Juncus effusus.

Foto: Meggar (CC BY-SA 3.0)